Benifallet es un pueblo con una historia que se extiende a través de los siglos, un lugar donde cada piedra y cada camino tiene una historia que contar. Desde las pinturas rupestres neolíticas de la Cueva de Culla hasta los yacimientos arqueológicos de Aldovesta, el Castellot de la Roca Roja y la villa romana de la masía de Cachorro, Benifallet es un testimonio vivo de las civilizaciones que han florecido en esta tierra. Sus orígenes árabes y su importancia en la defensa durante la guerra civil del siglo XV son sólo algunos de los capítulos que conforman la rica historia de este pueblo. La historia de Benifallet también puede rastrearse a través de su arquitectura y sus monumentos. El pueblo fue mencionado por primera vez en documentos del año 1153, y desde entonces ha sido testigo de numerosos acontecimientos históricos, incluyendo su vinculación con la orden del Temple y la influencia de los Montcada y dels Pinyol. Hoy en día, los visitantes pueden pasear por las calles de Benifallet y sentirse transportados a otra época, rodeados por la belleza de un patrimonio que ha sido cuidadosamente preservado. Esta rica historia no sólo es celebrada por los habitantes de Benifallet, sino que también atrae a visitantes de todo el mundo, ansiosos por descubrir los secretos que esconde este pueblo. Con una creciente popularidad turística, gracias a la explotación de las Cuevas de Benifallet y la navegabilidad del Ebro, el pueblo ha sabido combinar su herencia cultural con una oferta moderna y atractiva para todos aquellos que buscan conectar con el pasado1. Benifallet es, sin duda, un lugar en el que la historia sigue viva, respirando a través de sus fiestas, su gastronomía y, sobre todo, su patrimonio cultural.